1. Reaccionamos ante cualquier señal del niño o la niña aprovechando tantas expresiones como sea posible entre las producidas en el contexto natural en el que se encuentra. Lo importante es que no se desvanezcan y puedan llegar a convertirse en señales intencionadas donde “leamos” y le respondamos.
2. Cuando emitan un sonido, realicen un gesto o un movimiento se les imitará (contraimitación). Promovemos que nos miren. Observamos su reacción.
3. Se le repetirá la emisión o realización, apoyándolo con caricias y tonos de voz cálida. Se potenciará la imitación vocálica (contraimitación). No reforzaremos los sonidos vegetativos.
4. En un ambiente relajado, se le mostraran patrones vocálicos a imitar. Se intentará potenciar la imitación.
5. Se darán ordenes sencillas (“coge”, “toca”, “dame la mano”…) que el niño o niña deberá ejecutar. Estas órdenes tendrán siempre un fin real.
6. Nos situaremos frente a él o ella y llamándolos por su nombre para provocar alguna respuesta (que nos mire, sonría...). Posteriormente iremos, poco a poco, cambiando de sitio (detrás, a un lado...) y les llamaremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario